XII Muestra de Dramaturgia Nacional (continuación)
Pistolas de caramelo
El gran mérito que tiene esta muestra, es que desde hace dos años está dando a conocer a dramaturgos jóvenes, y eso es positivamente destacable. En este contexto, la obra de Alejandra Garrido nos entrega una pluma que tiene ganas pero que todavía le falta cohesión; no hay cuaje.
La historia se centra en un grupo de personajes que exhibe sus egos, miedos y contradicciones; la mayoría de ellos trabajando en un supermercado, o yendo a comer al restauran que éste posee. Cada historia está aislada al principio; la de el guardia de seguridad y las fanáticas que van al concierto, la del actor-payasito con la dueña de casa, la de la adolescente embarazada con su madre, la del guardia con el viejo adivino, y éste con su hija, la del gerente del supermercado y la madre, la de la adolescente con el cajero del banco, y finalmente la de la pareja que como en el restauran atendida por el actor-payaso. Luego, todas confluyen en el supermercado donde cada personaje cumple una labor que se ve mermada por una disputa de poder entre los dos guardias (el del concierto y el del supermercado). Creemos que es aquí donde está la falencia mayor de este texto; la presentación tardía del conflicto. Cada historia tiene su conflicto, claro está, pero como la decisión de la autora fue hacer converger todas las historias en una, la línea de acción debe ser necesariamente tomada desde este punto porque es el conflicto mayor. Tal vez la obra debió haber partido aquí y, posteriormente, a través de raccontos, conocer la historia de cada personaje.
En suma, el drama posee aciertos y desvaríos en un intento por contar una historia novedosa. Y como nos pidieron que le pusiéramos una nota a la obra (es decir, con montaje incluido, no sólo los diálogos), le otorgamos u 4.
NOTA1: No vamos a hablar de la cara de espanto de la Ministra Paulina Urritua ante la puesta en escena que incluyó muchos gritos y esas pistolas de fogueo que suenan tan estruendosas!!!!
Pistolas de caramelo
El gran mérito que tiene esta muestra, es que desde hace dos años está dando a conocer a dramaturgos jóvenes, y eso es positivamente destacable. En este contexto, la obra de Alejandra Garrido nos entrega una pluma que tiene ganas pero que todavía le falta cohesión; no hay cuaje.
La historia se centra en un grupo de personajes que exhibe sus egos, miedos y contradicciones; la mayoría de ellos trabajando en un supermercado, o yendo a comer al restauran que éste posee. Cada historia está aislada al principio; la de el guardia de seguridad y las fanáticas que van al concierto, la del actor-payasito con la dueña de casa, la de la adolescente embarazada con su madre, la del guardia con el viejo adivino, y éste con su hija, la del gerente del supermercado y la madre, la de la adolescente con el cajero del banco, y finalmente la de la pareja que como en el restauran atendida por el actor-payaso. Luego, todas confluyen en el supermercado donde cada personaje cumple una labor que se ve mermada por una disputa de poder entre los dos guardias (el del concierto y el del supermercado). Creemos que es aquí donde está la falencia mayor de este texto; la presentación tardía del conflicto. Cada historia tiene su conflicto, claro está, pero como la decisión de la autora fue hacer converger todas las historias en una, la línea de acción debe ser necesariamente tomada desde este punto porque es el conflicto mayor. Tal vez la obra debió haber partido aquí y, posteriormente, a través de raccontos, conocer la historia de cada personaje.
En suma, el drama posee aciertos y desvaríos en un intento por contar una historia novedosa. Y como nos pidieron que le pusiéramos una nota a la obra (es decir, con montaje incluido, no sólo los diálogos), le otorgamos u 4.
NOTA1: No vamos a hablar de la cara de espanto de la Ministra Paulina Urritua ante la puesta en escena que incluyó muchos gritos y esas pistolas de fogueo que suenan tan estruendosas!!!!
NOTA 2: La obra anterior tiene un 3.