martes, 20 de septiembre de 2011

HAIR: el musical



    Remontarnos a Hair es un hermoso esfuerzo para entender una época convulsionada por la Guerra Fría y la Guerra contra Vietnam. La consecuencia  principal de esta debacle es la desorientación que produjo en los jóvenes al sentirse inseguros en un panorama incierto. Es así como nacen los hippies, viviendo en comunidad, tratando de alejarse de lo mundano y de encontrarle un sentido a la vida.
Pero hablar de Hair es más que actuar como Hippie, es SER Hippie sobre el escenario. Muchos de los actores del primero montaje pertenecían a esta rama cultural y por eso la obra creo tanta polémica; desnudos integrales, inhalación de mariguana, ridiculización de los emblemas patrios y lenguaje obsceno.
    Con un comienzo de rogativa a los atros cantando "Acuario", la obra nos sitúa en una comunidad hippie de Estados Unidos "liderada" por Sheila y Berger, una "pareja". A ellos se une su amigo Claude, un descendiente de polacos que no sabe si romper con su familia y unirse a la tribu, o seguir con su antigua vida. Es así como, conscientes de un reclutamiento militar todos se evaden experimentando con drogas. En esta alucinación Claude toma una decisión que marca el final de su historia -y la de muchos en ese momento- al son de "Let's the sunshine in".

    Creemos que la puesta en escena de Hair: Love and Rock Musical de Barcelona, es muy fiel a la original, como lo han dicho sus ejecutores y como se pudo apreciar. Con un gran despliegue escénico entre actores, bailarines y músicos, la obra logra cautivar, aunque para un público menos acostumbrado,  este musical podría ser más difícil de seguir dado que las canciones son parte de los diálogos -personales y compartidos- que los personajes transmiten. Hay un buen fiato en el grupo, aunque las actuaciones sean disparejas: Berger parece más bien una caricatura del hippie volátil y anti-sistema que debe ser. Mención a parte merece la actriz que interpreta a Sheila, que hace su personaje muy creíble, así como la bailarina muda que aparece en la dramaturgia de la historia.
Con todo, Hair es un musical que recomendamos ver, pero si realmente desea conocer la cultura Hippie, es necesario que el espectador sepa del contexto antes de sentarse en la sala.

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